El papel pintado es una interesante alternativa para darle nueva vida a las paredes de nuestra casa.
Este elemento tiene la virtud de acoplarse a diversos escenarios, logrando ese toque casi único que da como resultado espacios mucho más personalizados, donde todo está dispuesto para sentirnos realmente cómodos e identificados.
Decorar con papel pintado deja abierta la puerta de la imaginación.
De la misma forma que puedes poner en acción un plan para decorar un cuarto para bebés, niños o adolescentes, puedes dar vida a otras estancias de la casa.
Incluso es posible remodelar y restaurar muebles de madera que ya habías abandonado.
En cuanto a la parte económica, esta alternativa resulta muy adecuada si se dispone de un presupuesto ajustado.
Lo mejor de todo es que las colecciones que se lanzan al mercado en muchas ocasiones logran que los usuarios se involucren mucho más con un estilo de papel pintado en particular.
Así es como se pierde un poco el miedo sobre el proceso que debe seguirse para instalarlo.
Incluso es posible conjuntar este tipo de papel, con cuadros modernos u otros detalles decorativos, como lámparas de pared, estanterías, espejos, etc.
El único límite lo pondrá tu paciencia, ya que empapelar es una tarea que requiere tiempo y que tengas en cuenta algunas pequeñas características.
Una de las más importantes es el asegurarnos que la pared esté realmente lisa y en buen estado. De lo contrario, no habrá papel pintado que se adapte a dicha superficie.
Si deseas unirte a esta moda, recuerda que si el papel pintado es de tono claro, tu habitación se verá mucho más grande de lo que es realmente. Además, los colores claros son mucho más relajantes y armoniosos que los oscuros.
Este es, sin duda, un detalle que deberás tener en cuenta antes de decidirte por un conjunto en particular.