Las características principales que relacionan a los muros activos o verdes, se vinculan al sistema de circulación de aire de la construcción, estos son una especie de ventiladores que soplan aire por medio de la pared y que luego esta se va desarrollando a través del edificio.
Existen algunas paredes activas que cuentan con superficies vidriadas para que los efectos de los flujos de aire sean más concisos y de esta manera sea determinable el hecho de sustentación que se le brinda a esta planta.
Las paredes inactivas o como también se les conoce “pasivas”, no tienen la circulación de aire mecanizada, en vez de eso están abiertas para promover en medida de lo posible, la libre circulación del aire y de la vital e indispensable importancia del mismo, para garantizar de esta forma una cómoda y lujosa sensación para las personas que aprecien esta especie de pared que tienen compartimientos entre dos láminas de material fibroso el cual se aferra de anclaje para que las plantas puedan así enraizar en el mismo. Se dice que las paredes de cultivo son una forma de jardinería o agricultura urbana, dada su relatividad de expresión y excentricismo suelen acometerse como un trabajo artístico por la belleza y sensación de frescura que este emana.
En muchos casos sirve para ayudar a la cura del síndrome del edificio enfermo, y de aumentar los niveles de oxígeno en el aire de recirculación. Resulta beneficioso para muchas instituciones tener este tipo de muros pues le da esa virtud ecológica y placentera puesto que las plantas nos otorgan beneficios como filtrar el aire de contaminante, absorben humedad, calor y una de las mayores ventajas es que capturan los gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, culpable de forma directa del llamado calentamiento global.